17 abr 2022

Pausas: El rol sin mi y yo sin el rol

A pesar de que el rol lleva mucho más tiempo conmigo, cuando alguien me pregunta siempre digo que Magic: The gathering es el juego de mi vida. El juego de cartas siempre ha tenido muchos factores que me gustan, desde la estrategia intensa al aspecto competitivo, la cantidad de artículos y streams de partidas, tanto oficiales como amateur, y las contínuas renovaciones del juego junto a la narrativa que lo acompaña y las teorías, tanto del juego como de la trama, por parte de los aficionados en las redes. Todo esto me permite tanto invertir tiempo a solas creando mazos o consumiendo media en torno al juego, como invertirlo jugando contra conocidos y desconocidos. Es decir, abarca momentos sociales y de soledad por igual con cada una de sus aristas.


Como friki multieje, me muevo entre el coleccionismo juguetero, el modelismo y los juegos de mesa, y todos ellos consumen bastante tiempo, de modo que cuando alterno, dejo a los demás en pausa para volver a ellos en una temporada. Esto ha sido siempre una constante con la excepción (que veréis, no he nombrado) de los juegos de rol, los cuales nunca han tenido ese tipo de pausa de largo plazo. Si bien el juego (concreto) de mi vida es MTG, la afición sí sería el rol.

Sin embargo, durante estos últimos meses he tomado distancia del rol y me gustaría, por el placer de escribir y hablar de ello, contaros un poco del porqué ya que creo que tiene un fondo interesante y alguna reflexión suelta.

Durante la última década y considerando que hasta entonces era de nicho o una afición durmiente, el rol ha ido ganando terreno y exposición mediática: Desde la cantidad de lanzamientos al trato en los medios, así como su diversidad. Cuando comencé a jugar y a llamarlo rol como tal, una serie basada en una partida era algo inimaginable más allá de Dragonlance, y hoy quizá tengamos incluso más de una. Los directos de famosos jugando partidas o los contínuos lanzamientos por parte de editoriales o autores amateur era directamente impensable, y todo esto, unido a la actividad en redes sociales (E incluso algunas especializadas) en cuanto al rol ha ido solo creciendo con el tiempo desde que escribí aquel artículo de la edad dorada. Hoy no pienso diferente, creo que estamos en un punto álgido que convertirá al rol en algo más mainstream de lo que era en ese momento.

Marcando la línea cuando decidí crear juegos de forma más seria, desde entonces no he dejado de leer, jugar, investigar y crear rol. Ha habido años en los que cada miércoles y viernes había partidas, posteriormente sólo los fines de semana hasta pasar a one shots ocasionales, y llenaba el tiempo no-social con la creación o escritura en solitario. Llegó el blog, las redes y un trabajo que consume el tiempo suficiente como para que no te de la vida, pero salvo algún descanso leve, siempre ha sido un non-stop.

Sin embargo, lo que creo que diferencia el rol del resto de aficiones que practico es el tiempo. No es una afición sencilla si vas más allá de jugar. Implica tiempo para informarte, leer, crear partidas y obviamente jugarlas. Es bastante intensiva a nivel de tiempo consumido y hasta hace unos años, si me despegaba de ella, el ritual que seguía con el resto de aficiones cuando volvía podía ser el mismo: Te informabas, integrabas lo interesante y resuelto. Creo que esto ha cambiado para mi.

Ya cuando la cosa iba a más llegó la cuarentena por el COVID-19 y como rolero, pasé de jugar de cuando en cuando por la dificultad de coordinar horarios para reunirnos al rol online casi dos veces por semana y quizá me comprometí con más campañas de las que debería. Ahora ya no tenía tiempo de desplazamiento con el teletrabajo y literalmente, todos mis amigos y jugadores habituales estaban en casa y volcados con el hobby, de modo que a full con jugar online y a informarme de todo lo que me quedaba por consumir. En la cuarentena, donde el resto de aficiones se detuvo, el rol ha sido mi afición predominante, se intensificaron las partidas y el tiempo que le dediqué, e incluso a día de hoy aún no he vuelto a las mesas y no parece que vaya a ocurrir pronto, porque, motivos personales aparte, sigo disfrutando de las ventajas del online.

Quizá fue aquí donde llegó mi desgaste. Veréis. Durante muchos años y especialmente con la apertura del blog, todo aquel que quedaba por conocer mi aspecto rolero ya lo sabía. Tampoco lo había ocultado nunca, pero si decía que estaría ocupado escribiendo pues preguntaban el qué, y eso fue ocasionando que si veían un dado, alguna referencia rolera o querían consejo u opinión, yo era ese tío, el de los dados. Hicieron casi que formara parte de mi identidad. Y como he mencionado antes, el resto de aficiones las podía suspender, pero el rol acoge muchos detalles que me gustan y nunca lo hice, hasta hace unos meses. Ya no tenía ni tanto tiempo, ni tantas ganas de jugar, ni mis ideas eran tan frescas, los debates y opiniones me parecían polarizados (O peor, creados artificialmente para obtener algo de interacción) y estaba creativamente hablando en un Einstellung constante.

Cuando comencé con el rol como tal, el torrente informativo, de lanzamientos y novedades, de opiniones, de medios relacionados… no era tan intenso, era más llevadero y por ende, aún siendo mucho, consumía menos tiempo. Muy importante: No quiero decir que esto sea negativo, al contrario, la pluralidad de voces siempre es positiva y siempre es bueno que se vaya renovando la generación rolera. Nunca me ha gustado el gatekeeping, sea cual sea el juego con el que llegues a esta afición, tu edad, género, tus conocimientos o cualquier otra cosa. Pero como comprenderéis, sí que es cierto que en muchas ocasiones, producto de los años tirando dados, acabas viendo un poco más de lo mismo y aunque lo mires con interés, porque siempre se aprende algo, cada vez ha sido más demandante y eso provoca que nos volvamos más exigentes, cosa que se refleja en las redes sociales como un espejo distorsionado de uno mismo: A veces somos muy positivos, otras muy negativos, y no dan pie al matiz, al debate, a la aclaración. Y cuando en muchas ocasiones me he leído a mí mismo, me he descubierto mencionando muchos aspectos positivos de algo y nada negativo o viceversa, cosa que entiendo que nos sucede a todos, ya que no volcamos todo pensamiento en nuestras redes, y conforma feeds buenistas o malistas que al igual que los medios, consumes porque buscas conocer lo relevante. Ahí es donde uno empieza a preguntarse: ¿Está mi propia voz influenciada por el resto?

Con esto del torrente rolero, el tiempo que ya de por sí volqué en el rol y el hecho de que lo identificaran tanto como parte de mi, me cansó y empecé a preguntarme qué tan importante era alejarse de ello, tomar perspectiva, ver la afición desde lejos.


He conocido algunos creativos que lo han pasado mal cuando no se les ocurría nada para los medios o las partidas que solían llevar, DJs frustrados porque una partida aburre, o creativos que no dan en el clavo de genialidad que quieren. Yo he estado ahí también, y no me ha gustado. No me ha gustado sentir que tenía una obligación autoimpuesta por escribir o crear y cumplir plazos invisibles o jugar cuando no tienes ganas, bucles que por mi propio bien, decidí romper. Escribí algo sobre ello. Creo que, a diferencia del resto de aficiones, en el rol tomar una pausa no está tan bien visto, quizá porque al ser una afición que ocupa tanto pasa fácilmente a nuestra rutina tanto diaria como social. Cuando frenas, cuando decides que no tienes ganas de jugar por ejemplo, te sientes culpable. Si eso te pasa (o te ha pasado) quizá sea hora de tomar distancia. No lo sé seguro, obviamente esta es mi experiencia, pero ¿Qué ha pasado en este tiempo de desconexión?

En realidad nada. Se menciona poco de aquellos roleros (o aficionados ocasionales, que no es lo mismo) que viven ajenos a todo esto, que no saben el nombre de una mecánica, de un autor, que no están al día de los lanzamientos o al tanto de los flames de turno en redes sociales. Me he tomado un tiempo de descanso para aprender de otras muchas cosas que tenía aparcadas, alguna vez mensualmente he visitado webs de editoriales, pero sobre todo no he tocado ninguna red social como hacía antes, porque las dedico y he dedicado íntegramente al rol y quería ver qué podía hacer fuera de él y ahora, cuando echo un vistazo, nada ha cambiado. He visto un debate que se dio hace meses, que a su vez se dio hace meses, que a su vez… de nuevo, cosa comprensible porque no todos somos perros viejos. Editoriales que se han ido y creo que alguna nueva, cuando he vuelto a jugar y me he esperado a ese momento para escribir estas líneas, he vuelto con otro ánimo, más fresco. Quizá por eso los que deciden mantenerse ajenos a todo lo que menciono lo hagan, por no tomárselo tan en serio o no saturarse. Las palabras de mis grupos también han sido tajantes en ese aspecto: “Quiero más rol” o “Ya va tocando partida” quizá sean señales de que estaban tan agotados como yo en el momento en que decidí parar.

Eso en cuanto al juego. En cuanto a las opiniones de los propios lanzamientos creo que una vez tomamos distancia de las opiniones que leemos día a día todo está menos polarizado, especialmente cuando hablas con ajenos a todo el movimiento en redes. Lo mismo ocurre con aquellas personas que entendían el rol como algo esencial en ti mismo: “¿Ya no juegas?” No, por extraño que te suene, aunque siempre ha sido importante, somos mucho más y digo somos porque creo que hablo en nombre de todos esos que sienten el desgaste y el miedo a la parada, para volver (o no) después.



Entended lo que voy a decir a continuación: No es que me considere pieza esencial ni importante en la afición, ni siquiera mínimamente relevante (¿Alguien se considera así?) pero mis conclusiones han sido las siguientes: ¿El rol sin mi? No ha cambiado (Y eso incluso me alegra, no tener esa responsabilidad ni impacto) pero yo sin el rol posiblemente sí y creo que ha sido positivo verlo desde fuera, tomar aire y volver. Supongo que para reubicar a la afición en mi vida, un poco por encima de los demás, pero en su lugar. Me hace feliz que me asocien menos a una única cosa, porque ninguna persona es únicamente una cosa. Como siempre, ésta es mi experiencia, que puede diferir de la vuestra, y obviamente no todo el mundo lo vive del mismo modo.

Lo que quiero decir con esto es: Hey, si el rol te hace pasarlo mal, tu grupo actual no te gusta o te desagrada, te ocupa demasiado tiempo, sientes una molesta exigencia, ya no te llena o te sientes identificado con cualquier otra cosa que comento aquí, es sólo un juego, una afición, y existen otras muchas que pueden aportarte algo. No necesitas consumirlo todo, no necesitas exponer cuánto juegas. Quizá incluso quieras volver luego (o no) pero no te sientas menos rolera por darte un tiempo de asueto.

Ninguna afición llevada al límite ha sido nunca positiva.

3 comentarios:

  1. Por eso me gustan los trasfondos como aspectos (hasta 6) en los personajes, porque no somos una única cosa.
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    Supongo que juegas al MTG Arena. Yo vivo allí... ;-)

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    Respuestas
    1. Hola Lobo!

      En cuanto a los personajes, muy de acuerdo, poco a poco he ido añadiendo ese tipo de "mecánicas de elección" a toda partida. Añaden más color del que parece siempre, y son una fuente de donde tirar en caso de quedarme sin ideas en la campaña.

      Con respecto al Arena, ahora he pensado en volver por el formato nuevo "como el papel", porque con Alchemy me perdieron. A ver lo que duro y cuando vuelvo xD

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    2. Para mi Alquimia no fue un problema porque lo que tenía y tengo claro, es que quiero mantener un perfil exclusivamente digital y "free to play".

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