10 dic 2020

Objetos extraños y maravillosos de Newble

El tintineo de la campana sobre el dintel de la puerta precedió a un fogonazo de luz en el local, iluminando por primera vez en mucho tiempo frascos de cristal de diverso tamaño, antiquísimos tomos apilados en y frente a las estanterías, y levantando la fina capa de polvo que cubría el mostrador, elevándola en el aire de forma claramente visible. Hacía mucho tiempo que el viejo local de extraños artículos no recibía luz del mediodía.

Newble agitó su mano derecha, apartando la polvareda de su rostro, al tiempo que movía su pluma señalando hacia el mostrador, hacia el cual flotando se dirigieron montones de cajas, pilas de libros y otros artilugios extraños de tintineo metálico y cristalino. Había llegado el momento de que ella se encargara del inventario de la vieja tienda de Elraed y de todos los objetos que reunió durante sus viajes en solitario y durante la mentoría de Newble como especialista en objetos extraños y maravillosos.

Pero aún no hemos hablado de nuestra protagonista. Newble es una joven de mirada delineada, tan astuta como seductora, rasgo esencial para todos aquellos que buscan comerciar en posición ventajosa. O eso decía Elraed, muy fan de los ojos carmesí de Newble. Su pelo, en contraste, nacía aguamarina y se perdía largo en tonos verde agua, a veces incluso luminosos, uno de los pocos rasgos físicos genuinamente mágicos de su raza y que les diferenciaba de los humanos. No podríamos precisar su edad, pero por apariencia es posible ubicarla entre los 27 y 32 años, en equivalencia humana. Hablamos de alguien joven.

En esta ocasión y para el trabajo que se le había asignado, vestía una túnica negra con acentos verdes. Elraed siempre insistió en que hay que trabajar cómoda, no únicamente para ser rápidos y prevenir accidentes laborales, muy del gremio de los tasadores de objetos exóticos, si no también para estar preparados ante cualquier imprevisto. Suele llevar también unos binoculares, regalo no exento de mención por motivos que no vienen al caso.

El último libro en flotar sobre el mostrador dió unos golpecitos del lomo contra el resto, antes de abrirse, recorriendo las páginas escritas hasta la siguiente en blanco, momento en que la larga pluma roja salió disparada de la mano de Newble hasta él, terminando de escribir en tinta azul luminosa las últimas líneas, tornándose negras según pasaba el tiempo.

Día Tercero y llegada al viejo local, comenzamos el inventariado y documentación de los últimos objetos — Al tiempo que Newble dictaba, la pluma se aceleraba, ahogada, transcribiendo sus palabras. Newble se llevó dos dedos a la frente, frotándola con fuerza — Esto va a llevar un poco de tiempo, necesito hacer memoria. Veamos…


Cáliz de sorbo amargo

“No tengo un nombre mejor para él” Indican las notas de Newble “El nombre se me ocurrió cuando comencé a observar sus efectos, a lo largo de los años, durante mis viajes con Elraed, los mismos que compusieron parte de mi formación como experta en objetos mágicos y maravillosos. Al parecer un antiguo rey peregrino, bastante hábil con la magia, se quedó dormido al término de una fiesta sobre el cáliz y tuvo un sueño: Sus preocupaciones se tornaban líquido amargo que tenía que beber, reflejo de sus problemas fuera del sueño y de su incapacidad para afrontarlos tan bien como quería.

Bueno, pues parece que a partir de ese momento, el cáliz tomó sus palabras con literalidad. Según pudimos observar el tiempo que formó parte de nuestro equipaje, el cáliz tiende a llenarse con una formación sólida de algún tipo de piedra preciosa, que llena su fondo con las penurias de aquel que lo porta. Vamos, que a peor lo pasas, más parece que hay vino dentro pero no te lo puedes beber, es sólido. La cosa es que con el pasar del tiempo, cuando se llena, durante la noche se vacía, desaparece el contenido, y parece que el portador encuentra la forma de resolver uno de sus pesares. Lo que no hemos resuelto si elegimos qué dificultad resolvía o lo elegía el cáliz, no parece muy útil por su aleatoriedad, pero quizá valga bastante oro por el encantamiento que contiene.

Bueno y puede usarse para beber con normalidad, pero cada vez tiene menos fondo porque nuestra naturaleza es quejarnos de todo.”


Sarmiento negro

Newble tomó entre sus manos una estructura metálica en forma de varios círculos concéntricos de forma similar a un giroscopio, en cuyo interior se encontraba una esfera cristalina que contenía hojas de sarmiento de color negro. No parecía tener forma alguna de que fueran extraídas de dicha estructura, al menos, no sin romperse la misma.

“Recuerdo muy bien porqué decidimos que este objeto debía estar contenido” Dictó a la pluma “En realidad es bastante más peligroso de lo que parece. Estas hojas son de sarmiento negro, una planta que según las teorías, se encuentra en los mismísimos jardines del infierno. Estamos hablando entonces de una planta, bueno, un par de hojas, de origen divino. En realidad los que no creen en dioses dicen que simplemente la planta se extinguió a causa de su peligrosidad. El asunto es que cuando estas hojas entran en contacto con la sangre de un mortal en cualquiera de sus formas, incluso una simple mancha seca, se consumen y terminan con su vida allá donde se encuentre.

Su peligrosidad es muy, muy elevada, ya que cualquier corte en los dedos a la hora de manipularla en el combate haría que el mismo portador falleciese antes de poder emplearlas. Decidimos que el cierre metálico en forma de puzzle de círculos concéntricos era seguro, ya que mostraba su contenido al tiempo que lo resguardaba de curiosos, ya que no es fácil romper el enigma que las contiene, y que el envase de cristal, una vez abierto, podía romperse contra el resto de sangre el objetivo a neutralizar. Esto es muy, muy caro, solo para ocasiones especiales”

La investigadora depositó el envase metálico en una zona alta de la estantería, un poco más alta de la altura de los ojos, esperando que llamase la atención de posibles compradores pero manteniéndolo lejos de medianos. Los medianos suelen dar problemas. Tienen las manos ligeras.

El día avanza y el local va recuperando el orden entre capas de polvo, movimiento de cajas y apilado de un sitio al otro de objetos. Ya algún extraño se ha detenido frente a las ventanas, que ahora se puede ver más a través de ellas, aunque aún no han entrado a saludar, quizá más por la hora que por otro motivo, ya que se acerca el mediodía y es el momento en el cual la ciudad más se mueve: Las cocinas necesitan abastecerse y los mercaderes llegan de otros lugares.


Regalos no entregados

Con las ventanas ya abiertas, el local un poco más limpio y aún con un montón de cosas por medio, Newble apareció desde el almacén con una pequeña cajita lila con un lazo rojo cogidas con pinzas, colocándola directamente en la zona más alta de las estanterías.

“Este artefacto es de los raros” Dictó a su pluma “Le llamo regalos no entregados. Tiene la apariencia de una pequeña cajita de cartón lila con un lazo rojo, no pesa nada, pero contiene un hechizo cuyo origen no hemos logrado rastrear. Según mis conocimientos, alguien lo materializó y lo dejó aquí dentro como si nada, y puede usarse sin abrir la caja, de hecho es probable que si la abres, el hechizo se pierda. El asunto es que es capaz de despertar sentimientos en el portador, aunque éstos no se correspondan con la realidad.

Por ejemplo en mi caso ha hecho que sienta algo parecido al enamoramiento de un proveedor de piedras mágicas. Bueno, en realidad me sigue pasando y no es parecido, es que directamente lo echo de menos. Pero es por influencia mágica. El poder de este artefacto reside en que una vez creados los sentimientos son tuyos, son reales, y no son un encantamiento, de modo que no pueden liberarte de ellos, salvo que de forma natural ocurriera, tal y como si fuesen reales. Su efecto es provocarlos, no su permanencia, lo que lo convierte en una extrañeza por su inmunidad a que el individuo pueda ser desencantado.

Y si lo piensas, por su apariencia, es bastante probable que alguien pudiera verse afectado al sostener la caja, la abriera, liberara el hechizo dejando la caja sin poder alguno y nadie pudiese rastrear el origen. Muy sofisticado.

No me preguntes para qué se ha usado: Nada bueno.”


Sándalo de Hessed

“Este objeto aún no se exactamente qué es, pero su origen es lo que siempre nos ha extrañado” Mientras decía esto, la joven tasadora sacaba de una caja una pirámide metálica, dorada, con apariencia de estar compuesta por múltiples piezas. Tiene algo más de tamaño que un puño, y cuando lo hace, un intenso olor a sándalo inunda el local."

“Lo cierto es que según la persona que lo depositó en mi poder, un mago conocido como Aesedemus, un grupo de trasgos local estuvo en su busca durante mucho tiempo, especialmente por parte de su líder. En un principio pensamos que se trataba de un incensario, por su fuerte olor a sándalo, y porque los trasgos no buscarían nada muy intrincado ni útil, no suele estar en su naturaleza. Un aventurero se hizo con él como represalia o recompensa de un combate, y posteriormente lo depositó en manos del mago para su análisis. Aesedemus no logró dar con su utilidad, de forma que nos lo hizo llegar a ver qué podíamos hacer.

No hay rastro de esta pieza en escritos recientes, pero en noches pasadas he logrado dos cosas: La primera es que flote sobre superficies, apoyada y rotando sobre uno de sus ejes. Al parecer la pieza puede desafía la gravedad, pero si se cae de la mesa, pierde esa función. No es porque me haya pasado, es lo que creo, pero no lo he logrado de nuevo.

Según donde toques a veces se libera alguna pieza. ¿Es un tipo de cerradura? Le dimos su nombre porque sonaba bien, sinceramente”

Puedes dejar de recoger mis palabras — Dijo Newble desde el fondo del almacén a su pluma, la cual se ubicó entre las páginas del libro, el cual voló hasta su bandolera, golpeándose con algunas cosas como hacía siempre, hasta meterse dentro. La tarea de no tener que registrar a manos los textos de cada objeto hacía más ligero el trabajo, pero para ésta última hora del día recordaba montones de detalles dispersos y vagos de cada uno de los ítems de la tienda, y más aún, estaban todos plagados de etiquetas a la espera de recibir (o recordar) su nombre, función e historia. Suspiró abrumada, pensando en la fecha de apertura. Queda tanto por contar...



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Si os gustó el tipo de artículo ¡hacédmelo saber! Será genial saber que puedo seguir en esta línea o que tenéis interés por algún aspecto en concreto, tanto de Newble como de sus objetos.


PD: El arte original de Newble (El de este post es un recolour) pertenece a Allie Strom, que tiene montones de diseños interesantes por aquí, y agradezco desde este pequeño blog que me cediera el uso del mismo para este papel.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el trabajo de Newble.

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    1. Muchas gracias por el comentario Juku! Me alegra que lo encuentres interesante :)

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