Ay, el worldbuilding. Detrás de esta palabra, que literalmente significa creación de mundos, se esconde la inquietud por la creación de realidades o universos completos. Lo que en un principio comenzó como herramienta para la correcta (y coherente) ambientación de novelas, sagas, cómics y otras obras de corte similar, sin olvidar por supuesto los juegos de rol, avanza hoy casi como un hobby independiente; crear por el placer de crear.
¿Qué es el worldbuilding y para qué se usa? ¿Qué utilidad tiene en los juegos de rol?
En primer lugar es preciso anotar que éste artículo pretende ofrecer una visión global, una introducción a lo básico del tema para posteriormente enfocar la creación de mundos a su uso en los juegos de rol. Además de ser extenso, existen blogs enteramente especializados en este tema por lo que sería imposible abordar en un único artículo todos los aspectos, variantes, técnicas y demás asuntos que conciernen al concepto. Ahora sí, allé vamos.
Worldbuilding: Origen, porqué y para qué
En primer lugar definamos qué es el worldbuilding. Llamamos así al proceso de creación (y normalmente, documentación) de un mundo imaginario, normalmente ficticio aunque con posibilidad de estar sustentado en nuestra realidad, investigando, creando y dotando de sentido y verosimilitud cada uno de los aspectos que sean necesarios para nuestra obra, dando como resultado un contexto en el que desarrollar nuestras historias.
Éste término aparece por primera vez en diciembre de 1820 en el Edinburgh Review, un magazine destinado a la cultura y la intelectualidad, y posteriormente lo encontramos de la mano de Arthur S. Eddington en Space time and gravitation: an outline of the general relativity theory en 1920, donde describía la creación de mundos ficticios con diferentes leyes físicas, tras lo cual se popularizó como término empleado mayormente en temas relacionados a la escritura y crítica de ciencia ficción y fantasía desde la aparición de Master of Adventure: The Worlds of Edgar Rice Burroughs (1965) de Richard A. Lupoff.
Aunque muchas obras y autores lo han empleado con anterioridad (Como la saga de JRR Tolkien El señor de los anillos o la franquicia Star Wars), podemos establecer el inicio de la popularización del término en 1970. Personalmente, me permito mencionar aquí el fenómeno fandom y fanfic y la proliferación de los universos expandidos y compartidos (como Marvel y DC) desde los 90 en adelante.
La creación de mundos puede ser una herramienta muy poderosa para dar coherencia a una ambientación ficticia, especialmente si hablamos de fantasía verosímil de cualquier tipo o ciencia ficción. El worldbuilding explora todas las facetas de una realidad ficticia, quién lo habita, cómo se relaciona, las condiciones que lo mueven, etc dándoles una lógica interna, en ocasiones para mostrar los detalles y otras veces quedando más ocultos al espectador, quedando en segundo planos como datos pertenecientes al autor, por si un día se requiere de su uso. El valor más importante de esta metodología se encuentra en la capacidad de definir lo que rodea a sus habitantes y de lo que son (o no) capaces, dándonos una visión global y contextual muy valiosa, así como la percepción del mundo de cada uno de los implicados en el relato principal según su procedencia, cultura, tradiciones y tantos aspectos como podríamos encontrar en la realidad.
Es por eso que entre otros aspectos, la creación de mundos suele, pero no se limita a, establecer determinados parámetros como un mapas, geografía, razas y lenguajes, culturas y gobiernos, personalidades y eventos importantes, cronología, flora, fauna y ecología en general, religiones y deidades, tecnología y ciencia, normas sociales… y casi cualquier cosa que puedas reflejar como si se tratara de nuestro mundo. (Y sí, podemos continuar: Relaciones sociales, comercio, magia, mitología…)
Su uso en la obra
Si bien la creación de mundos puede emplearse en casi cualquier tipo de obra (escrita, filmada, narrada…) en este blog vamos a centrarnos en su uso en los juegos de rol, es decir, en ambientación y narración, lugares donde nos será útil para dotar de lógica, coherencia y sustento a nuestras partidas.
La introducción del worldbuilding en nuestras partidas puede ser de muchas formas: Desde creación completa de la mano del director de juego a creación conjunta con los Jugadores, generándose poco a poco con cada partida.
A la hora de introducirlo en soporte escrito o en la narración podemos tomar vías diferentes. En el primer caso, introducciones, anexos y relatos pueden ser muy útiles, dando notas del mundo poco a poco en relación con el tema tratado para no terminar saturando al lector con montones de datos porque sí. Otra forma de hacerlo es mediante las descripciones de los Personajes, incluyendo pequeñas pistas y revelaciones en cada uno de ellos.
Cuando de narrar se trata, la mejor forma es ofrecer a los Jugadores la información necesaria acerca de sus Personajes y una visión general del mundo para luego ir extendiéndola conforme la partida avanza, ahorrando a la larga datos innecesarios y saturación. Mi experiencia con este último método es muy buena ya que los Jugadores (y sus Personajes) absorben la información como parte de la narrativa y la ambientación de forma dosificada y muy natural.
Es muy importante recordar que el worldbuilding debe partir y seguir siempre la misma orden: Mundo - Historia - Personajes. Esto es debido a que no podemos diseñar un Personaje concreto, por ejemplo un mago, si desconocemos si en su mundo existe la magia, quienes la poseen, de qué es capaz, y otros muchos aspectos derivados que puedas imaginar desde ese punto. Los Personajes son quienes son por un contexto, el que nos da su mundo.
Desde un punto de vista estrictamente personal, creo que en mundos ficticios en general son básicos cinco aspectos: Historia, geografía, tecnología, magia y cultura (en el más amplio espectro, mitología, religiones, lenguajes, sociedad, etc.); cinco puntos que podemos definir rápidamente y suelen ser altamente efectivos para definir un mundo, aunque es posible que en función del relato concreto que deseemos puedan variar ligeramente.
De técnica a hobby
Es interesante comentar que si bien en un punto inicial el worldbuilding era una técnica para proveer de un contexto narrativo, en los últimos años se ha popularizado la creación de mundos por placer, aquellos autores que por uno u otro motivo simplemente disfrutan de ello sin que posteriormente vaya a ser empleado en una obra. Ya es habitual encontrar worldbuilders o constructores de mundos que no están interesados en llevarlos a una novela o una partida, personas que simplemente disfrutan del placer de crear este tipo de contenido.
Sin embargo, este hobby o técnica no es estrictamente teórico, no hay en un principio normas que seguir. La forma de crear un mundo y las técnicas y objetivos elegidos varían en función de nuestros propósitos o nuestro estilo creativo, aunque la gran mayoría de worldbuilders parten en primer lugar desde la geografía y mapas.
En última instancia, el entorno que rodea a los protagonistas es un Personaje más, con mucho peso en nuestra narrativa y al que merece la pena dedicarle al menos unos minutos incluso en partidas breves, dando unas nociones generales aunque se apoyándose en mundos ya conocidos por los Jugadores para introducir cambios.
Holaaa
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