Cuando escuchamos las palabras “artes marciales” podemos pensar en métodos óptimos para repartir hostias o en un código ético, en disciplina, en el respeto al adversario y sobre todo en la paz que trae el respeto a nosotros mismos. En base al segundo concepto, las artes marciales han inspirado muchas obras y filosofías de vida y es de esto precisamente de lo que me gustaría hablaros, de un concepto de las artes marciales aplicable a nuestra afición. Hablo de la caída, de sentirse derrotado, del sentimiento de fracaso de nuestros proyectos dentro de la afición, pero sobre todo de sobreponerse a ello.
En los últimos meses he visto muchos roleros compararse unos con otros, con su entorno o, principalmente, con la referencia de los más mediáticos, y como cierto sentimiento de derrota se apoderaba de ellos e incluso con el tiempo ha surgido un nombre para una de estas problemáticas. No teníamos bastante con el síndrome del impostor que ahora tenemos el efecto Mercer. Citando al Maestro Splinter “Elegimos aquello que nos detiene y aquello que nos impulsa” me gustaría hablaros de ukemi, un término de las artes marciales y qué tiene que ver con el sentimiento de derrota en nuestra afición.
Impostores, internet, Mercer y la comparativa constante
Que las redes sociales e internet han tenido un impacto importante en el rol es innegable, desde las partidas online a las ediciones digitales, pero en cuanto a los propios roleros tenemos dos grandes frentes: El síndrome del impostor y el efecto Mercer.
El primero ocurre en todos los gremios, incluso aquellos diametralmente alejados de las competencias roleras. El síndrome del impostor, brevemente resumiendo, es ese momento en que no reconocemos nuestras habilidades y logros. Cuando a pesar de que sabemos que hacemos algo bien tenemos la sensación de que no es así, que dichos logros o habilidades son cuestión de suerte y que somos poco capaces en realidad. Aunque este término no se encuentra recogido como un trastorno psicológico fue acuñado por dos psicólogas clínicas* y se da en todo tipo de personas, tanto en el ámbito profesional como de ocio, independientemente de su autoestima.
Pero por si esto y el efecto Einstellung fueran poco a la hora de crear contenido o dirigir juegos de rol, en los últimos años se ha dado nombre a un tipo de comparativa concreta: El efecto Mercer. El director, guionista y actor de voz Matthew “Matt” Mercer se animó a dirigir y compartir sus partidas de D&D en forma de programa/stream, naciendo así Critical Role, donde él y otros compañeros de profesión juegan partidas de forma muy épica, con voces y demás y según la opinión generalizadas, bastante buenas… Lo mínimo esperable por su profesión y la de sus compañeros. Aunque yo personalmente no me he encontrado a nadie al que le ocurra, se comenta que muchos DJs menos experimentados o directamente aquellos que estaban por lanzarse a dirigir aventuras (e incluso algún Jugador) empiecen a dudar de sus propias capacidades y saber hacer en base a compararse con Mercer o sus Jugadores. Como digo, yo no he encontrado ningún caso cercano, pero voy a tomar la raíz del problema: La comparativa constante.
En un tercer eje de esta problemática, hace un par de días Kilian Arjona, CTO de Flexxible IT publicaba en Twitter algunos datos del estado de Twitch en el ámbito español: El 90% emitía para tres o menos espectadores, el 24% tuvo un espectador, que fueron ellos mismos y el 4% no tuvo ninguno. Esto puede establecerse en la misma línea que la falta de feedback en un proyecto, que la ausencia de impacto de un vídeo de YouTube, que los cero comentarios de cualquier entrada de blog. Nosotros, nuestra afición, también está en este saco y la sensación de silencio que se percibe desde el otro lado puede resultar desmotivadora y, como se puede esperar, termina destruyendo cualquier proyecto.
Con esto sobre la mesa me planteo una duda…
¿Sabemos caer en nuestras aficiones?
Bruce Lee decía que debíamos ser como el agua, debíamos fluir, adaptarnos al medio, lo cual es un pensamiento sencillo y poderoso pero no muy efectivo en momentos bajos.
Sorprendentemente para aquellos a los que las artes marciales les suena a convertirse en un arma humana, lo primero que aprendes en ellas es a caer. Primero por tu propia seguridad en los entrenamientos y segundo porque es un ejercicio de humildad. Para esto se usa un término muy concreto que proviene de las palabras ukeru, recibir y mi, cuerpo: Ukemi no es sólo saber caer, es minimizar o incluso anular el daño de un golpe y es algo que podemos extrapolar a otros ámbitos de la vida, como el rol en este caso, porque en todos ellos vamos a caer, a tener un momento bajo. Y el ukemi es más un aprendizaje que una metodología, es saber cómo protegerte.
En el ámbito del ocio no estamos preparados para caer y mucho menos cuando internet y la exposición al público entra en juego, tanto por propia voluntad como de forma casual. Por norma general el rol es una afición multidisciplinar y por ejemplo a la hora de dirigir a menudo hacemos de creador, autor, guionista, narrador, actor y en otros tipos de contenido (Incluyendo en este término elementos como partidas, blogs, podcast, canales o material en cualquier forma de aquí en adelante) podemos ser dibujantes, diseñadores gráficos o incluso técnicos de sonidos y efectos, y cuando no va bien hay mucho tiempo y elementos implicados, y aunque resulta evidente que no se busca en la mayoría de casos un salto a la fama, lo que sí es claro es que la sensación de silencio, de soledad, de predicar en el desierto puede ser muy frustrante. Un trago amargo en el ocio que se supone debía ser agradable. Si bien la exposición en internet puede ser intencional o involuntaria, la comparativa y la falta de feedback puede llegarnos incluso cuando no hacemos nuestra afición pública, como la ausencia de comentarios al terminar de dirigir una partida.
Aquí es donde entra el concepto ukemi: Saber afrontar los baches de nuestra afición de modo positivo.
El efecto Mercer y el ukemi del DJ
Aunque a título personal aún no conocí a nadie que no se atreva a dirigir por haber visto una partida excepcionalmente buena y no se vea capaz de llegar a ese nivel, no voy a ponerlo en duda, pero me gustaría enfocar la problemática del llamado efecto Mercer a su problema raíz de forma general, la comparativa constante con los demás. Si eres una de esas personas que iba a lanzarse a dirigir partidas y no lo has hecho por temor a no llegar al nivel que has visto en tu entorno o en internet, tengo algo que decirte.
Es muy probable que no tengas por ejemplo el mismo nivel que Mercer, porque probablemente tampoco tienes las mismas habilidades profesionales transversales a la afición que tiene él, ni tampoco tantas partidas a tus espaldas. Sufrimos el efecto Mercer, la sensación de impotencia, de carencia de habilidades, el temor a hacerlo mal por comparativa. ¿Qué podemos hacer ahora para afrontarlo?
Ukemi. Lo cierto es que incluso él aprendió del mismo modo que los demás, dirigiendo, y sobre todo buscando un estilo en que sentirse cómodo, un sello personal cogiendo cosas de aquí y de allá y eso toma tiempo y conlleva algunos fracasos como parte del proceso de aprendizaje. Creo que lo que hace especial a un DJ es su forma particular y única de dirigir partidas y parece un secreto muy bien guardado por lo poco que se comenta pero en realidad no a todos los DJ se nos da bien todo género, e incluso sabemos en qué aspecto flojeamos porque lo hemos probado antes. Que seas mejor o peor narrador que Mercer o cualquier otro con el que te compares no importa si tu y tus Jugadores os divertís. Creo que saber caer como DJ es asumir que no todas tus partidas van a tener un nivel excelente, pero cuando creas que algo ha salido mal, busca cómo mejorarlo y entonces estarás aprendiendo a caer, a convertir una sensación de fracaso que de otro modo te detendría en un paso hacia adelante, puesto que por ciencia empírica a más practiques mejor lo harás. Pregunta a tus Jugadores para guiarte. Con esto en mente logras que esa sensación negativa sea solo una turbulencia hacia el camino de lograr tu estilo. Y esto último es la meta, no necesitas compararte y nadie maneja todo a la perfección.
Impostores, silencios y el ukemi del creativo
Ni que tu contenido sea compartido o tenga likes te salva de pensar a veces que eres un fracaso como creativo sea cual sea el formato y tipo de contenido. Caemos en ello por el síndrome del impostor, pero también porque no tenemos del todo claro que en muchas ocasiones un único like es el reflejo positivo de miles de impresiones de dicho contenido. Gran parte de la audiencia ni siquiera tiene una interacción con determinados tipos de material.
He visto muchos proyectos y creativos caer en el abandono, la ansiedad o cesar su actividad por falta de feedback. Hablando de forma personal, en el pasado he escrito durante una década en un blog de tipo personal y se que determinados medios requieren producir gran cantidad de material para alcanzar visibilidad y lograr reacciones, y a día de hoy ocurre también con La barba rolera por compartir el formato. Son gajes de producir cualquier tipo de contenido. En ambos recorridos he conocido otros muchos creativos de diferentes formatos que por falta de impacto (E incluso algunos por tenerlo como una meta, todo hay que decirlo) y por la sensación de vacío han abandonado. Cuando llevamos un tiempo en la producción de contenidos para internet acabamos teniendo constancia de que existe la audiencia silenciosa, esa de la que no tienes constancia hasta que te cruzas con ella o se decide a hablar. Por ejemplo los artículos de semillas de aventuras suelen tener muchas visitas, pero pueden tener pocos comentarios porque la mayoría llega a ellos cuando se encuentra, precisamente, planeando una partida.
Creo que aprender a caer en este ámbito es, por cliché que pueda sonar, hacerlo por pasión y porque disfrutamos del proceso de producción del material, o incluso hacerlo para nosotros mismos. Crear el tipo de contenido que a nosotros nos gustaría encontrar. En la gran mayoría de ocasiones durante la producción de dicho contenido aprendemos otros muchos aspectos de la afición, colaboramos con otros creativos y aficionados y éste es el ukemi de la producción de contenido, dejando en última instancia las métricas, que progresarán con el tiempo irremediablemente. Esto es lo que tiene valor, lo que adquirimos mientras creamos, el proceso de pulido personal de nuestra afición y por qué no decirlo, de nuestros círculos y de nosotros mismos.
No considero que tenga un carácter conformista, pero a nivel de afición el síndrome del impostor nunca me ha afectado, aunque sí que me he sentido mal por ir más lento en publicar o cuando directamente La Vida Adulta ™ no me lo ha permitido. O igual es porque determinada producción de contenido es mi zona de confort, pero a mi me funciona el no tomarme las métricas, los RT y los likes como meta. No creo que sea lo ideal esperar el impacto de terceros aunque no discuto, ni sería lógico hacerlo, que evidentemente influye, pero no deberíamos marcarlo como un indicador de que lo estamos haciendo bien o mal, existe mucho contenido cuestionable de gran audiencia y no por eso es ético ni correcto.
La responsabilidad como espectador
No me gusta delegar la responsabilidad de crear o no contenido en los espectadores porque me enfrenta al pensamiento de hacerlo por complacer a terceros y personalmente, insisto, no es mi estilo, pero tampoco podemos eludir nuestra responsabilidad como consumidores y espectadores, especialmente en cuanto al contenido que nos gusta. El apoyo a los creativos es esencial, ya que hay miles de canales pequeños, juegos de nicho u otras iniciativas que agradecerán infinitamente nuestros comentarios y reacciones positivas y eso ayudará a que no se detengan por falta de apoyo, a que no se enfrenten al silencio.
No me olvido de los DJ. Si eres Jugador, tus comentarios son de gran ayuda y si eres DJ, pregunta por ellos, no todos los Jugadores tienen la iniciativa de comentar aspectos de la partida, pero sobre todo debes estar listo para la crítica y enfocarla a la mejora. Si no ocurre, siempre puedes hacer balance de las reacciones de los Jugadores en la partida y buscar el cómo mejorar ciertos momentos. El ukemi del papel de DJ está en el placer de dirigir, en la diversión de los Jugadores y en tu propio progreso, o eso creo yo.
Conclusiones
No hay conclusiones esta vez. Este propio artículo es una generalización parcial para un tema lleno de matices y estoy seguro de que muchos de ellos os habrán venido a la mente, no obstante mi objetivo era arrojar un poco de luz, positividad y un pensamiento diferente a todas aquellas iniciativas con menos acogida, a todos esos autores, DJ y creadores a los que les cuesta encontrar la motivación o que, erróneamente, la basan en un impacto en redes que podría no llegar y que eso termine opacando otros aspectos bonitos de su actividad.
Si has llegado hasta aquí, enhorabuena y gracias. Éste es uno de esos artículos que usualmente considero para una audiencia más reducida, pero creo que son muy necesarios. Si te ha sido de interés, utilidad, si tienes a alguien a quién debas recordarle que valoras lo que hace, que te gusta su actividad, canal o contenido en cualquier ámbito o puedes ofrecer palabras de apoyo antes de que abandone un proyecto que le ilusionaba, habrá valido la pena. Como siempre, si he pasado algo por alto o tienes otro punto de vista, sería genial poder leer tus palabras en los comentarios.
* Pauline Clance y Suzanne Imes en el artículo "The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention" (1978)
Muchas gracias por este artículo. Literalmente es lo que llevaba unos días necesitando leer ♥
ResponderEliminarHola!
EliminarCon que haya sido de tu agrado, me alegro, pero si directamente te ha sido de utilidad, mucho mejor. Espero que mejore tus ganas de seguir.
Un saludo!
Discrepo con algunas cosas. Per no viene al caso.
ResponderEliminarAquí otro comentario anónimo soltado al viento.
Al menos nos da gusto saber que se nos lee y a fin de cuentas se aprenden conceptos nuevos.
Buenas caídas, le deseo, señora Barba. - Finiquita en una respetuosa reverencia oriental el espíritu anónimo.
Hola!
EliminarEs perfectamente normal discrepar en este ámbito, hay muchos matices y enfoques y diría que incluso discrepo conmigo mismo! pero que el fondo del asunto es el saber reponerse y hacerlo sin perjudicarse uno mismo, el resto es un poco más secundario. Citando de nuevo a las Tortugas Ninja "Estoy de acuerdo en el desacuerdo"
Y lo mismo digo, gracias por leerme y tus palabras, y espero que las caídas le sean leves, pero sobre todo sepa levantarse.
Un saludo!
Muy buen artículo ^_^
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :D
EliminarNo nos vamos a engañar, no es lo mismo recibir silencio que algún tipo de reacción. Si no fuera por el bueno de Runeblogger, que tiene a bien comentar con frecuencia en mis humildes aportaciones, me hundiría en la depresión XD También hay que decir que los comentarios se han desplazado de medio. Cuando todavía no existían las redes sociales, la gente interaccionaba más con los emisores de contenido. Hace 20 años la gente se tomaba incluso la molestia de escribir por mail, ahora ya el correo electrónico parece algo casi anacrónico.
ResponderEliminarHola Master!
ResponderEliminarSí, ahora los comentarios están más dispersos, y es algo a tener en cuenta. Lo que hace diez años eran backlinks ahora son RT y Compartir. Quizá la velocidad a la que consumimos la información tenga mucho que ver en la parte donde comento que un solo comentario es el reflejo de muchas lecturas.
Y haciendo honor al propio artículo, muchas gracias por comentar!
Muy buen enfoque sobre cómo encajar la falta de éxito. Ukemi!
ResponderEliminarFantástico artículo! Hacía demasiado que no me pasaba por esta buena casa. Serán las prisas o qué se yo, que hace que cada vez lea menos blogs. Algo que espero corregir elnprewebte año.
ResponderEliminarMe ha gustado un montón este artículo. Procuraré andar más atento a este blog, visto lo visto :)
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