Como podéis imaginar, este post es una reflexión que parte de mi experiencia en las partidas de iniciación así como comentarios de ajenos al hobby y otras cavilaciones que, si bien no he vivido, podemos imaginar que están presentes a la hora de optar por esta afición. Como podéis imaginar, obviamos el hecho de que simplemente pueda no gustar jugar al rol, que también es posible...
La lectura
Si bien no podemos decir que la literatura sea algo en alza, la lectura como hobby ha ido mejorando con el tiempo, sin embargo una de las barreras más discutidas y posiblemente mas vividas en esta afición es la lectura de juegos: A lo largo de innumerables mesas la casuística de que sea el DJ el único que se ha leído el juego es bastante alta, quedando para los Jugadores únicamente la lectura parcial del trasfondo necesario para sus Personajes o ni eso. Si bien es cierto que no siempre los participantes han de conocer el trasfondo al completo, que a veces eso chafa algunas sorpresas, al menos un conocimiento considerable de las reglas sería algo a tener en cuenta. Actualmente parece ser tarea exclusiva del DJ en muchísimos casos. ¿Se debe al tipo de lectura o al hecho de leer en sí? ¿A la desgana?
Personalmente creo que es un esfuerzo que se ve compensado por la mejora general de la experiencia, pero entiendo que si alguien se anima a probar y lo primero que se encuentra es una lectura considerable, tanto para comprenderlo siendo un ajeno a la afición como por el tiempo que consume, lo más normal es que no lo haga o espere que se lo cuente otro. Triste pero cierto, a la vista está que incluso en la mayoría de grupos sólo un miembro (El DJ) tiene el juego, y a ver quién es capaz de convencer a los demás para que se lo lean…
En teoría los microjuegos podrían romper esta barrera, pero no son empleados con tanta frecuencia como para decir que esta barrera no existe, y en casos de vagueza, ni tratándose de juegos cortos.
Compromiso y dificultad para reunir al grupo
Hay dos aspectos que van muy de la mano cuando se trata de reunir un grupo, tanto para formarlo como para quedar: El compromiso y compaginar horarios. En caso de que no dirijamos únicamente one-shots, la gran mayoría nos habremos encontrado con la dificultad de reunir cuatro o cinco amigos a la misma hora y lugar y con las mismas ganas de jugar que nosotros, y la cosa va a más conforme vamos adquiriendo compromisos del día a día, laborales y sociales, cosas de ganar nivel y multiclase de adulto (La de rolero la llevamos de serie), los Jugadores ausentes suelen ser un problema.
Personalmente para estos casos suelo usar el sistema de one-shots/campañas que ya comenté en un artículo anterior y por ahora funciona bastante bien, pero el elegir una fecha para quedar sigue siendo un problema, y de vez en cuando incluso entra en juego (Nunca mejor dicho) el lugar en donde quedar y la cosa se pone un poco más compleja.
Por ahora, la mejor alternativa creo que es el rol online mediante plataformas como Skype, Hangouts, Roll20 o Discord, ya que comienzan a ser bastantes los grupos activos de Jugadores en busca de grupo para este estilo de juego, si puede llamarse así.
El coste en tiempo
Aunque de esto ya hablamos hace un tiempo, el coste de la afición en horas es medio-alto: Desde crear la partida, que para muchos es todo un ritual y un pozo de tiempo, al simple hecho de jugar, que se va fácilmente desde las dos a las cuatro horas, y a veces para la siguiente partida precisa de nuevo la labor del DJ, y dejamos fuera factores antes comentados como el compromiso, o las campañas… porque si no aún es mucho más. No todo el mundo está dispuesto a realizar esa inversión cuando tiene alternativas más rápidas como los videojuegos o simplemente salir por ahí.
Cada vez más juegos buscan formas alternativas para la preparación de las partidas, buscando reducir el tiempo necesario para las mismas o convirtiéndolo en parte del juego en sí, pero aún es un punto pendiente. En sí, la duración de la partida al ser regulable y ser la actividad en sí no la incluyo en la valoración.
Otras formas de ocio
Enlazando con el punto anterior, si bien no creo que en ningún caso otras formas de ocio hayan restado de forma directa horas a los juegos de rol, sí que creo que son más accesibles (Que es muy diferente a preferidas): Son instantáneas, cuestan menos trabajo o tiempo, puedes hacerlo con menos gente o no requieren de un lugar ni material concreto. Los videojuegos, tanto online como offline, suplen un poco el poder quedar con los amigos y el factor instantáneo y tienen una relación esfuerzo/disfrute muy efectiva, incluyendo evitar la lectura previa, el coste en tiempo de preparación, la casi eterna disponibilidad de oponentes o aliados en el caso de juegos online, una oferta infinita y un precio y accesibilidad cada vez más bajos, puesto que ya no hablamos sólo de consolas, también de soportes móviles.
El antes mencionado rol online puede suplir un poco este inconveniente.
¿El rol es caro?
El tema es discutible, más aún con el montón de juegos gratuitos existentes, pero sabemos que no todo el mundo bucea en la web para encontrar rol libre y mucho menos suele ser su primer contacto, siendo más habitual por amigos o encontrándolo en una tienda, directamente, que ya han llegado a las grandes cadenas. El precio medio diría que está en unos 30€ cuando de juego físico se trata, obviamos a los PDF por los motivos antes mencionados y a eso le unimos que sigue requiriendo de todo lo anterior: Esfuerzo, tiempo, amigos interesados, lugar, dados…
De nuevo, no entramos en si es caro o barato, simplemente es un tablón más en la barrera de acceso, sin más, sea cual sea su precio. Es el equivalente a que te guste un juego de mesa y requieras cuatro Jugadores mínimo. ¿Sabemos quiénes van a estar interesados? ¿Y cuánto tiempo? ¿Me merecerá la pena la inversión, por pequeña que sea, en ese caso?
Personalmente diría que cada vez hay juegos más baratos, si bien los triple A siguen con el precio más o menos stándar, y las ediciones de bolsillo y juegos libres y gratuitos están al alza.
Una afición compleja
Una vez vencido todo lo anterior, queda el aspecto complejo de la propia afición. Ser DJ, y más aún, ser un buen DJ no es una tarea sencilla, requiere habilidad y cierta experiencia, y a eso hemos de unirle el propio factor de complejidad que posea el juego elegido. No es lo mismo D&D que MERP, como no es igual CODA que FATE. ¿Es el rol una afición compleja?
Si nos ponemos en el punto de vista del ajeno, principal sufridor de estas barreras, yo diría que sí. No todos los manuales son tan claros como deberían ni incluyen todo lo que deberían en muchos casos, haciendo descripciones someras y genéricas del rol que pueden cambiar incluso de un juego a otro provocando conceptos equivocados, sin ir más lejos, ser DJ en cualquier PbtA no es igual a serlo en un juego clásico, aunque desde fuera realicen el mismo papel. ¿Y cuántos de esos juegos clásicos explican cómo se “juega a un juego de rol” como si fuera inmutable?
Aún existe parte de la población que no sabe con certeza lo que es un juego de rol y ni siquiera los aficionados tenemos una descripción clara de ello. Existen juegos más sencillos que otros y algunos bastante cortos para aquellos que recién comienzan en esto de tirar dados, pero muy pocas veces está así indicado. ¿Porqué iba a elegir cualquier otro juego frente a D&D, por ejemplo? Sin desmerecer al padre de los juegos de rol, posiblemente haya otros mejores para comenzar y no verse abrumado por tres manuales, precio prohibitivo una extensa lectura, pero la fama le precede y el candidato “sencillo” no es que tenga indicaciones de colores para los no-iniciados.
Afortunadamente y a la vista de iniciativas tanto en territorio hispano como en el americano, poco a poco el rol va teniendo un mayor calado social y la oferta, muchas veces buscando romper estas barreras, es cada vez mayor. Creo que aunque muchas de estas barreras puedan solventarse (mal) en cierto sentido con “Si no te gusta, no es para ti”, la fórmula para mejorar es siempre cuestionarse el statu quo actual de la afición, y eso incluye observar a aquellos que saben de la misma menos que nosotros. Se trata de realizar acercamientos, no exclusiones, y quién sabe, quizá una vez prueben, esas barreras pasen a ser un esfuerzo que merece la pena. Yo creo que sí.
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