A la hora de escribir nuestras obras, tenemos principalmente tres opciones: Tradicional, digital u online. Según el autor y el tipo de proyecto, cada una de ellas nos aporta ciertas ventajas y desventajas que debemos valorar.
Recientemente he tenido algunos problemas informáticos que han afectado un poco a los desarrollos que tenía entre manos, y, en varias ocasiones, he tenido que distribuir mi escritura entre las diferentes opciones mencionadas, y probar, forzosamente, las opciones que antes usaba menos, y me gustaría contaros algunas de mis reflexiones estos días.
Escritura tradicional vs escritura digital
La elección de una u otra plataforma depende, como siempre, del autor y sus rutinas de escritura. Sin embargo, personalmente, soy bastante indeciso, y en muchas ocasiones enumerar esas ventajas y desventajas me ayuda a decidir.
Todos conocemos las ventajas y desventajas de la escritura tradicional y del soporte digital, de modo que voy a comentar aquellas en las que creo que se hace poco hincapié habitualmente.
Empezando por las ventajas del lado de la escritura tradicional, la facilidad para transportar una libreta, su nula dependencia del 'factor máquina' me gustan, pero son la facilidad para dibujar y anotar con tanta facilidad me conquistan.
Creo que nunca se me ha pasado por la cabeza diseñar mazmorras o mapas directamente en digital. Realizar tantas modificaciones directamente en el PC y sin una tableta digital cuesta bastante, y hace que directamente lo evite. Las anotaciones suelo hacerlas sobre el texto, en los márgenes del folio, y la velocidad para señalar y realizarlas sobre el papel creo que no tiene rival.
La principal desventaja que hace que evite este método para escribir es, claramente, el paso del papel al teclado. Introduce un paso más en el proceso pre-maquetado, y se me hace aburrido y eterno. Se que hay muchos que son capaces de escribir en papel y pasarlo por el teclado después, y los admiro por ello, pero personalmente no tengo tanta paciencia, además de que este paso provoca otro adicional. Suponiendo que mecanografíes un texto ya revisado (Porque espero, no lo hagas por cada revisión) puedes provocar errores ortográficos o gramaticales en ese traspaso, lo que obligaría a una revisión adicional.
El digital es el método que más uso, el principal podría decirse. Las ventajas que más valoro son la velocidad de escritura y de corrección, y me resulta mucho más fácil reescribir frases completas para hacerlas más claras o darles un tono. Por motivos que desconozco, me cuesta también menos también 'ver' el texto globalmente, por no hablar de las funciones generales de búsqueda, corrección y sustitución que poseen cualquier aplicación de escritura que se precie. Otra ventaja que valoro mucho es la capacidad pasmosa para hacer copias y mantener varias versiones de cada texto.
Sin embargo he sufrido sus desventajas estos días, y es que la dependencia de la máquina puede tirar por la borda todo nuestro esfuerzo, salvo que hayamos hecho los deberes y tengamos copias de seguridad al día. Salvo que seas un maestro, dibujar suele ser bastante más lento que en papel, y las anotaciones dependen en gran medida de la aplicación que usemos.
Punto de inflexión, la nube
En la siguiente opción creo que se marca el punto de inflexión, y es que los problemas informáticos han hecho que valore más la escritura en la nube, es decir, directamente online, sin pasar por un archivo. Posee las ventajas de la escritura digital y soluciona muchas de sus carencias: Puede ejecutarse en casi cualquier máquina, y es más difícil perder los datos.
Por otro lado, las desventajas son las mismas, necesitamos acceso mínimo a la red, ya que es difícil perder los datos, pero es relativamente fácil perder el acceso a ellos, y dibujar sigue siendo igual de difícil que en digital (Porque recordemos, lo sigue siendo), además a menudo no podremos hacerlo en la misma plataforma donde escribimos. Además, rara vez las plataformas para guardar texto permiten hacer anotaciones sobre él.
Si bien la combinación de tradicional y digital suele solucionar casi las carencias de ambos, creo que el paso de uno a otro es lento y pesado, y no ocurre en la combinación de escritura en la nube y la copia local en digital, mucho más sencilla, además de poder acceder desde cualquier sitio, siempre con un dispositivo de por medio, a todos nuestros escritos.
Y la mejor opción es...
Como podéis ver, la mayoría del tiempo hablo de mi caso, y es que cada autor, dependiendo de su campo y sus hábitos tendrá una u otras preferencias y valorará las ventajas y desventajas de diferente forma. No hay una mejor opción, solo la que cumpla lo que buscamos o se adapte a nosotros, aunque siempre recomiendo experimentar con las que tengamos a mano, nunca se sabe.
Personalmente, suelo distribuir mi creatividad entre el papel y la nube, cada vez pasando más de escribir para un archivo, principalmente por el miedo a la pérdida de datos.
Por eso, elijamos lo que elijamos, creo que debemos tener algunas precauciones comunes a todas estas opciones, como guardar una copia de seguridad de los textos, incluso de los físicos, nunca se sabe, así como creo que es bastante útil guardar los recortes de los que hablé en otra ocasión. Todo lo ocurrido durante los últimos días me ha dejado claro que no puedo ni confiar completamente en un archivo, ni avanzar sin crear copias, ni confiar plenamente en la nube, la clave para mi, es el equilibrio.
La elección es vuestra. Choose wisely.
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